La provisión de alimentos es una parte fundamental de los preparativos que las embarcaciones deben hacer antes de zarpar, ya que el suministro en alta mar puede ser muy costoso y, en ocasiones, inviable. A continuación, se verán algunos aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo el aprovisionamiento de buques.
Mantener una correcta alimentación de la tripulación a lo largo de todo el itinerario resulta vital para mantener el adecuado funcionamiento del barco. La provisión de comida a bordo debe ser suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de cada miembro. Se ha de tener en cuenta que estos suministros no pueden reponerse hasta alcanzar el siguiente puerto, lo que puede implicar el almacenaje de varias semanas de alimentos.
La provisión de comida en una embarcación ha de realizarse suponiendo la imposibilidad de abastecimiento durante la travesía hasta el siguiente puerto. Ha de realizarse un cálculo calórico en el que se tengan en cuenta los siguientes factores:
Una vez obtenidas las calorías totales, pueden obtenerse las cantidades totales de alimentos seleccionándolos de forma que se alcance un equilibrio nutricional adecuado. Hay que tener en cuenta que existen ciertas limitaciones, en especial con los alimentos frescos. Deberán incluirse en su justa medida para evitar que se echen a perder y valorarse si es posible adquirir nuevos en las escalas.
Por suerte, hoy en día se ha conseguido solucionar muchos de los problemas que se presentaban en los viajes de larga duración en embarcaciones. Gracias al enlatado de productos y a los sistemas de refrigeración, se logra mantener productos frescos durante más tiempo y se eliminan buena parte de los riesgos asociados al deterioro de la comida a bordo.
Sin embargo, ha de prestarse mucha atención a ciertos aspectos a la hora de guardar las provisiones de comida. El almacenamiento de la fruta debe ser revisado constantemente debido al etileno que se produce durante la maduración. Este gas acelera exponencialmente el proceso y lo traslada a todas las piezas almacenadas juntas; así echa a perder todo el contenido en cuestión de pocos días.
Las fechas de caducidad y de consumo preferente, también, han de ser revisadas para evitar posibles intoxicaciones alimentarias. Por otro lado, tanto los almacenes a temperatura ambiente como los refrigeradores han de ser mantenidos exhaustivamente para evitar la proliferación de microorganismos. Este mantenimiento se hace extensible a los generadores eléctricos de la embarcación, ya que un fallo de unas horas puede romper la cadena del frío de los productos congelados.
Con una adecuada conservación de los alimentos, el siguiente paso consiste en ofrecer a los tripulantes la mejor calidad posible en la alimentación, elaborando una comida a bordo de calidad y que cumpla con todas las necesidades nutricionales.
Los productos empaquetados no suelen ser tan perecederos, por lo que si se almacenan de forma adecuada, durarán todo el viaje en perfectas condiciones. Deberán situarse en un lugar fresco y a salvo de la humedad y prestarse especial atención a su conservación una vez desempaquetados y abiertos, además de tratar de consumirlos lo antes posible.
En el espacio de almacenaje es importante colocarlos debidamente sujetos para evitar desplazamientos de la carga que puedan dañarlos. Se deberá comprobar durante su carga en el buque que la fecha de caducidad supera la fecha de llegada a puerto con cierto margen. También se revisará el empaquetado para desechar productos que no estén en buenas condiciones, ya que un alimento deteriorado puede perjudicar al resto en estas condiciones.
La forma de tratar la comida en el barco es muy importante a la hora de prevenir cualquier tipo de contaminación, ya sea por bacterias, hongos o parásitos. Estos patógenos suelen encontrarse en los propios alimentos antes de introducirlos en el barco, y las características ambientales que se dan a bordo pueden hacer que se desarrollen con facilidad.
Para evitarlo, es importante contar con un profesional especializado en la manipulación de alimentos. Su formación le permite realizar la preparación de ellos minimizando los riesgos a la hora del cocinado. En la prevención de posibles contaminaciones es de vital importancia realizar un correcto mantenimiento de las superficies de trabajo e higienizar las diferentes áreas donde pueda acumularse la suciedad.
En cuanto a la legislación aplicable, por un lado se recoge el derecho a los trabajadores que desarrollen su actividad en el mar, establecidos en el convenio sobre el trabajo marítimo. En su regla 3, esta normativa especifica que los marineros deben tener acceso a una alimentación y un alojamiento de calidad en condiciones higiénicas.
Por su parte, la legislación europea también establece sus propios criterios, y desde hace unos años lanzó una norma comunitaria llamada Shipsan. Se encarga de regular los posibles riesgos para la salud debidos a agentes biológicos, químicos o de radiación que implica el transporte marítimo, incluidas las enfermedades infecciosas.
Además de esta normativa específica, la cocina de un barco no está exenta de cumplir con la normativa relativa a la manipulación de alimentos, recogida en el Reglamento (CE) 854/2004.
En definitiva, la provisión de alimentos en un buque es una labor fundamental a la hora de gestionar los recursos necesarios para emprender con éxito un itinerario por mar. Es un aspecto que puede ocasionar serios inconvenientes en caso de no llevarse a cabo correctamente. Por ello, Suisca Group ofrece todo aquello que pueda precisar un buque en su escala. Al correcto cálculo y previsión de los alimentos necesarios, ha de añadirse una buena manipulación y un almacenaje adecuado durante la travesía que evite la aparición de agentes patógenos. Para ello, la normativa vigente aclara muchos de estos aspectos.